
En un yermo supuesto
de irrealidad.
giran frías, las aladas.
Este es un espacio libre dedicado a la poesía y otras bestias. No intenta nada más que satisfacer la necesidad de algún transeúnte por la lectura.
Me encontré a la Killen, al Pedro y a la Belén. Me encontré con la Gabriela, el Juan y la Estela. Me encontré con años distintos y verdades incompletas, terminé en realidades desiertas, corriendo estaciones perfectas, entre mares, bares y otras sectas.
Me encontré con un tal Gonzalo Rojas un tanto pulmonitizado, un Nicanor cantor y un Tio Lalo destrozado.
Me encontré un poema.
"La sinceridad de una hoja otoñal, me resisto a creer en la soledad, vivir como te he visto. A cada paso un árbol de lluvia, en cada gota una nube, en todo momento una señal. Diez y pocos para el fin, ¿Dónde volarás ahora? No dejes de volver. Si ves en tu viaje mujer más hermosa, soy el más grande de los mentirosos."
Me encontré con mis demonios y vencí; con mis sueños, y los alcancé; con la muerte,y sobreviví. Con el amor.
Con el amor me encontré varias veces. Mal.
Aún al frente de mis ojos, y de los ojos frente a mi, somos ciegos distantes. Torpes terrestres. Cantores cesantes.
Me encontré con mi ciudad devastada por la casualidad remota. Soledades imperantes. Lluvias saladas. Arterias acuchilladas.
Me encontré con mi pasado y las luchas del pasado contra él. Sigo luchando. Mal.
Nunca estuve buscando un conejo, mejor tampoco un hamster. Ester estaría feliz con un amigo peludo de cola corta, pero la alergia impregnada en sus pelos me ahorca. Preferiría una Oca, pero no soy tan ganso para aquel animal manso. Ansío responder con animal implacable, que resuene en mis oídos, surque las impresiones; por sí solo hable.
Me contento con lo impensado, adorar a las restricciones de la mente y, cabalmente, añoro las sátiras de oro. Orientando la innocua adicción compensada, sandeces irían a cambiar mi motor irracional. Que de forma formal, imperaría en esta parte absurda de mi cometido. De mi respuesta sin sentido.
Me conformo con la belleza simple y pura de un ave con soltura, como los cuervos campantes de poemas triunfantes, o las simples palomas que vuelan y truecan las impávidas concretadas. Son criaturas aladas, en tonos grises, las que hacen reanimar mis sentidos. Si me pides, entre conejo y hamster comparar, entre cisne y pato iré a contestar.
Un ave desconocida que, a su alumbramiento, era un simple pato del firmamento. Cuando el cuento llegue al allegro, me quedaré con el vuelo de cuello negro.
Como el allegro llegó hace rato, a todos lados mi cisne ha volado.
(Pensamientos relámpagos surgen entre voces normales del ensueño. Debería escribir algo. Sobre el día, la noche o la cuenta final de autos chocados. Debería recordar éstos como un acercamiento, como un entrometimiento voluntario).
Fin de semana atareado. Tardanza involuntaria, untaría la lila ahumada por la gloria. Iría entre trenzas caballunas, una bien hilada y la otra enredada, edad madura y extensa, ensalzadas las Marías, ascendieron y las vi. Vieron cuatro pájaros de buen agüero. Pero la Felonía se apoderó del espectáculo en el cielo. Lo escucharon en todos lados. Hados llegaron y molestaron sin causar mayores daños. Años de diferencia entre el primer danzante y la ronda acompañante. Ante la idea compleja, lejanía en sus destinos. Nos veremos en otro camino, y no en una colina alta, si no a volar a Punta de Tralca. (¿Alcanzarán a llegar las paces?) ¡Mi latir a llegado a niveles insospechados! Al caer en la cuenta, he dormido sin dar la vuelta.
(¡Quien se hubiese atrevido a decir que el número yeta, formó risas completas, atavíos hundidos y escollos perdidos!)
Pd: A mis queridos primos asistentes de "la junta". Búsquense con cuidado en el texto, están todos metaforizados de alguna manera u otra.
¿Acaso no se han dado cuenta aún? El Otoño se acabó. Las cálidas mañanas de hojas sin pisar, la caminata crujiente, el viento a favor. Se acabó.
Fue despojado de su existencia por la crueldad invernal, por el frío total. Para la desgracia Otoñal, ha sido arrebatado lo vital, de todo lo deseado y contemplado. Mutilado, hasta dejar de ser citado. Otoño desapareció de todos lados.
Ya no estás entre las luces del desierto mortal, del equinoccio marciano, del llover cartesiano. Has caído entre las alas tuertas del mañana, por tu conocido destino; muriendo en el camino.
¿Quién esconderá a la estación de la muerte anunciada? De la muerte mostrada. Será una hibernación anticipada, hibernación forzada. Otoño callará la información guardada. Dormirá ante las condición dada. Entre estelas de espuma variada.
Otoño alzará sus alas saladas. Sus alas marchitadas, congeladas. Volarán al finalizar la estación acalorada.
A la espera de la identidad anunciada, Notoño reinará a la pequeña cristalizada.
Es así como nacen los poetas. De los errores, de las equivocaciones y pormenores que entreabren el infortunio del Ningunio.
Ningunio es el poeta. Capaz de realizar las más grandes proezas, de cumplir insospechadas promesas, valiente como ninguno, su estancia se reduce a uno.
Ningunia no existe. la esperanza es obsoleta, más consiente que profeta, la opción de encontrarla se reduce, a un insólito encuentro en el cruce.
Nacen las palabras sedientas de Ningunia, a la más grande alcurnia, sin entender la real calumnia. Nacen las ideas, clavos, probetas y todo tipo de complacientes varetas. La realidad sigue siendo la misma. ni con gran carisma, resuelve lo que abisma. Sin entender su edipesco desazón, Ningunio busca al corazón.
Es muy claro.
No importa cuánto uno se esfuerce, ni las noches de insomnio ni las metáforas espontáneas. Ni las llamadas nocturnas ni las películas trasnochadas. Un error cuesta la vida.
no importa, es un botón, una simple ilusión. Media vuelta en la esquina y a seguir el camino. ¿qué importó el desvío? ¿qué importó el destajado corazón mostrado?Corazón malvado. Te vas por ser poco importado, por impotente descubrimiento de sentido entendimiento.
No importa si son tres días o tres años, si es un mundo alcanzado o momentos terminados, es un crimen terminar la vida de forma tan violenta, tan violenta como una pistola, como un aterrizaje sin cola, como la inconsciente permuta de la clara voz que muta.
no importa si extrañas, si quieres, si adoras, si amas. Siempre es igual.
¿y qué gané? ¿acaso hemos perdido algo también? Es que ya no importa. Sin la vida, lo demás carece de importancia.
Y tu, mi vida, serás llorada.
Del viento acogedor de distraídos malsanos.
Me aburrí al contar hasta tres.
A la vez
un ciempiés quedó cojo al revés.
Sin tener sentido ya ves,
lo aburrida que esta rima es.
Me aburrí de rimar para contar lo elemental.
De verdad que lo estoy,
preferiría ser un cow-boy.
Y aunque no lo intente,
no puede ser diferente.
La vida ya no está completa,
Mi ambición quedó obsoleta.
Mi interfaz mental me prohíbe cortar el mal.
Mi sentido del absurdo se ausenta, se hace burdo.
Lo carcome la necesidad de sentirse cuerdo,
De respirar la distracción futil del cuervo.
Me aburrí de volar por los sueños ajenos.
Por la historia que camina sin prisa ni rima.
Por el constante despido de un ser querido.
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Me aburrí, ¿quien podrá desaburrirme? Quien sea un buen desaburridor, que por favor me desaburrise antes que muera por indesaburrimiento.