enero 26, 2010

Extracto de un conjunto vacío.


Otoño. Invierno. Primavera. Y otra vez Otoño.

Las estaciones son sólo dos: Otoño y nueve meses de Notoño (o No-Otoño).

Mientras permanecemos en la parte más calurosa del Notoño, la saliva se comprime, las caras enrojecen cual tomate apenado; la pulcritud se hace escasa y el viento, el principal ausente. Las casas piden socorro y los perros piden comida, las autopistas piden hielo y los taxistas pasajeros; las playas exigen limpieza y los tachos espacio, las reservas se evaporan y la lluvia se impacienta.

El sol golpea a las nubes, las calles, parques, parqués, panqués, panqueques y tortas de milhojas y de otras menos. Desfigura, atrofia, deforma, amorfa, amor por fá. Músicos sedientos. Sed y en tos. La vista se nubla, cansa, fatiga y vomita. La lengua exige su cuota de atención, la cabellera se quema y el caballero deja de serlo.

el tiempo es reducido, preciso, precioso. Las horas pasan con silencioso disimulo, el Notoño esta llegando a su clímax.


Aún quedan dos meses.

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