julio 24, 2011

Insomnio

Me caigo de revés, del día del ciempiés, acribillando calles de otros lares. Mirando las sábanas aglutinadas del despertar majadero, ni un pestañeo se puede por entero.

No me gustas, insomnio de la vereda del frente. Del río que no es más creciente, del despierto malogrado, malparado, malvado, mal.

El delirio siempre está presente, está candente, maloliente. No es benevolente. Qué quieres del hombre cesante, del sin semblante.

Más te intento entender, más ganas esta batalla inútil, esta discordia fútil. Como fusil dispuesto a matar, ¿Crees que lo podrás lograr? Ilusión sin par, sin comienzo ni final, ya llegará quien logre ordenar mis horas, mis moras y otras noras.

Ahora caigo descalzo, cual niño en rincón protegido, aún sin viento ni tormento, dejaré mis manos de lado y veré si puedo alcanzar mis aposentos.

Ya, chao pescado no más.
Cambienla por otra ¿Otra? Sí, y de las mismas