junio 18, 2012

A favor del día de la Pingüina



Me dijo entonces que ya todo era distinto,
que el cielo era distinto, que el tinto
era más rosado y que el blanco más gris
y que todo lo demás era diferente,
la gente ya no se cae en parapente
ni helicóptero ni nave submarina de harina.

Todo es distinto, ahora las pingüinas vuelan,
y las gaviotas nadan, antes nadan nada
ahora nada nada la gaviota.
Pero esto no es sobre la gaviota que nada
hace ni nada nada, sino de la pingüina, que vuela
y vuela como gacela (recordad que todo es
distinto ahora) en busca de su gacelo.

Entonces, como todo es distinto y diferente
me atreví a ganar terreno como un demente,
al menos eso dirán ustedes al oír la propuesta
que se muestra sin sol ni tiesta en la especie
especial que aquí les habré de nombrar y
contar. Con tal de que me sigaís leyendo
diré por momento que ave nadadora ya no es
sino que voladora y cantora, ¿es que no la oyes?
De frack, como galleta y atuendo de prenda blaquinegro
como alumno medio y como serviciente.
¿Lo habré dicho despectivamente?

Hoy es el día de la Pingüina, esa que ya es distinta
que hizo que todo sea diferente e impaciente.
A esa ave que ya no es sureña ni norteña
ni oesteña ni esteña, es del centro, del epicentro
y del concierto y desconcierto.

Llegó el día en que las pingüinas vuelan,
¡Ya verán cuando los chanchos las alcancen!


Cambienla por otra ¿Otra? Sí, y de las mismas