noviembre 27, 2011

Algo para mañana.


Para mañana dejaré abierta mi ventana. Sin que nadie se entere, pondré al corriente mis deberes, bajaré por la escalera de las nubes, cambiaré los colores desgastados y subiré al cerro a mirar lo logrado.

La dejaré abierta, así podrán mirar mientras mi ausencia se revierta a las horas sin luz ni puertas. A las horas vacías y llanas de almas planas. De fulminantes días de antes. De antiguo carácter y cimientos pensantes. Dejémonos de mirar el antes y volvámonos al durante. Cierta la parte.

Abierta cual pecho materno, respirando entre sus senos los hombres venideros. Cual costa veraniega, esperando a sus amantes de la cordillera. Como la estación de trenes o del puerto, da igual si llegas cojo o tuerto. Aquí estaré, sin ningún entuerto, puesto que mi puerta se ha cerrado por dentro.


Así, al menos, tengo algo para mañana.

noviembre 05, 2011

Para mi nostalgia.


Si el invierno termina mientras yo sigo aquí escribiéndole, no creeré en tan prodigio hasta despertar deshielado. Qué importa si es de día, de noche o de lluvia. Si es del norte, del sur o de los lados del extremo, si la casa es de cemento o de playa. O roca cordillerana.

Si el papel es gris, blanco o tinto. Si es igual o distinto. Variopinto. Como el pintor, quien aún está sobre la escalera. Si aún mezcla el pan con el rock, la realidad por la nostalgia. La mía, la de todos los días. La que se mira al espejo y ve quien no distingue los colores, aquellos, los pintados mientras mirabas. Mientras mentías la vida. De mí. De ti. De todos.

Y ahora qué, ahora nada. Si ya está todo muy suelto. Las promesas son mentiras de un futuro no resuelto. absuelto el presente sin precedente. Sin comarca ni presidente. Como ente despechado me sigue la nostalgia a todos lados.

Si fuese blanco, pero no. No lo era, nunca lo fue. Aún en lo mismo.

De los cisnes, o las hormigas, de los pintores o de las claras. De la cama. Del lugar sin ama.

Lo cambiaría todo. Las nueces por sardinas, las eses por cortinas. La distancia por rutina y las vacas por cantinas. Para que se pudiese entender, pondría bayas al arder. Alardear. Pondría algunas palabras para rimar y timar. Las cambiaría de lugar. Imitar. Y mi tardía vida sería perdida.

Si nada resulta, me cambiaré a mi mismo, así dejo de caminar en círculo.

noviembre 02, 2011

Algo perdido en el tiempo


¿Qué harás? ¿Podrás volar conmigo y disfrutar de la vista? Caminar por senderos perdidos en el tiempo, restar la importancia a quienes han cambiado de lugar.

¿Qué querías conseguir?

¿Qué será de las mariposas ahora que sé dónde van a morir?
Nada a cambiado, salvo yo.
Es suficiente.

Se separan y juntan antes de morir.

¿Dónde?

En el corazón de quienes las vieron volar, cuando dejan de ser y son otros, siendo lo mismo.
Cambienla por otra ¿Otra? Sí, y de las mismas