octubre 24, 2012

Un tejido.




Estoy tejiendo el acordeón que canta bajo mi oído,
Enmarañando los sonidos de aquel pinzón de olivo.
Suturo los deseos inconexos de entre sus hebras,
los pliegues rebotan entre mis manos cercenadas
por la astilla de plata.

La sangre tiñe la tela del instrumento en construcción,
cada rima que emana de mis manos corroe el doblez
de una y otra y otra acordeón escarlata.

Estoy escarlatando el cantor que acordonea el oir del bajo
sonando el pinzonar del enmarañado olvido.
Deseando inconexar las suturadas extrañadas cebras,
rebotes al plegar mis plateadas y astilladas cercenas
de manos morenas.

La sangrada tela el teñido instrumental del constructo.
Cada mano que emana de mis rimas dobla la corrosión
de uno y otro y otro escarlatado acordeón.

Cambienla por otra ¿Otra? Sí, y de las mismas