Este es un espacio libre dedicado a la poesía y otras bestias. No intenta nada más que satisfacer la necesidad de algún transeúnte por la lectura.
marzo 27, 2013
Una noche ganada.
La voz de tus ojos olía las estrellas del amanecer,
mientras cada clara y yema de tus dedos febriles
volaban por las alturas y los llanos amansados.
Y tu horizonte reflejaba el mar, la noche ganada.
Las bestias en reposo se codeaban en sus nidos,
la vista espumosa y el recoveco desaliñado,
carentes de palabras, se sometían al silencio crudo
de la desventura incorrecta para el pobre Vaticano.
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Cambienla por otra ¿Otra? Sí, y de las mismas