abril 27, 2010

Algo parecido a una oda al aburrimiento.


Me aburrí de cantar los desastres cotidianos.

Del viento acogedor de distraídos malsanos.


Me aburrí al contar hasta tres.

A la vez

un ciempiés quedó cojo al revés.

Sin tener sentido ya ves,

lo aburrida que esta rima es.


Me aburrí de rimar para contar lo elemental.


De verdad que lo estoy,

preferiría ser un cow-boy.

Y aunque no lo intente,

no puede ser diferente.

La vida ya no está completa,

Mi ambición quedó obsoleta.

Mi interfaz mental me prohíbe cortar el mal.

Mi sentido del absurdo se ausenta, se hace burdo.

Lo carcome la necesidad de sentirse cuerdo,

De respirar la distracción futil del cuervo.


Me aburrí de volar por los sueños ajenos.

Por la historia que camina sin prisa ni rima.

Por el constante despido de un ser querido.

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Me aburrí, ¿quien podrá desaburrirme? Quien sea un buen desaburridor, que por favor me desaburrise antes que muera por indesaburrimiento.

abril 18, 2010

Cuando las alas se cansan a medio vuelo.


Cuando las alas se cansan a medio vuelo, la visión se nubla, se vuelve compleja por entero. El ánimo se vuelve protagónico y el descanso un consuelo. La altura desciende, el frío se vuelve enfermo.

Cuando las alas se cansan a medio vuelo, el oxígeno se agota, las palabras se estiran a media mota. El paladar se vuelve seco, el pensar se absorbe por completo. El espectador se mantiene atento.

Cuando el hombre se cansa a medio vuelo, cae sin rumbo ni ansuelo. Cae sin amor ni desconsuelo, cae al vacío mismo, al completo silencio, al desafinado final hilado. Finalizado el hombre, éste se levanta y retoma el zigzagueo del vuelo.

No importa si te cansas a mitad del vuelo, a mitad del cielo, entre realidad y anhelo. Para volar, solo es necesario evitar el suelo.
Cambienla por otra ¿Otra? Sí, y de las mismas