junio 13, 2009

Sobre la libertad.


Algo tan complejo es imposible de entender mediante simples casualidades, bajesas triviales o escollos emocionales. Se divide entre quienes pueden volar y quienes los observan. Me identifico con quienes se han caído de tanto abrazar las nubes.

Las alas se estremecen y fracturan, se vuelven rígidas e impotentes a un nuevo vuelo. Se necesita tiempo para volver a usarlas. Mientras sanan, el individuo se vuelve frío, hostil, carente de toda chispa humana: la privación es más que un estado terrenal, se identifica con la forma más primitiva del hombre.

El miedo es parte importante: ¿Para qué volver a los cielos, sí sólo golpes y dolor me ha traído?¿Será que el individuo, en su ilusión eterna de la vida, asume tales riesgos con tal de endulzar segundos?

Caer.

El dolor sólo rectifica a la vida misma. Y no es otro quien pueda modificar nuestra estadía.

Es propia de todos aquellos voladores celestes; de aquellos nadadores celestes. De todos quienes pueden vivir entre los azules.

Es un concepto errado. Y nosotros, los hombres, estamos privados de su conocimiento.

3 comentarios:

  1. No busqué tu respuesta, ya la sabía. como esa, muchas más, o te has olvidado de eso?.
    al final, era como yo decía...

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  2. te vas, y a pesar de eso te quiero mucho, nunca lo olvides

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  3. no caxe de q se trataba, certamente no era de libertad, saludos, wachito

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