diciembre 17, 2008

Mañana.


No existes.

No puedo, tengo que salir. Tengo que viajar, correr, saltar, volar lejos y olvidar que mañana no es más que el despertar. No existe. No existe tal cosa, no hay un después, ni ahora ni antes, todo se comprende en la fase primera del pensamiento individual. Tus conceptos, tus nociones de mentira te corrompen y forman un calendario de siete. Que te duermes siete y despiertas siete veces a la semana de siete días que por cuatro son mes y a veces son más y en otros se festeja por las armas, por los que vivieron de a siete, y de a cuatro se coluden las restantes para hacer de la playa un día campante.

No puedo, tengo que volar. Tengo que tomar el tren, el avión, el bus, el tranvía, el metro, el caballo, el helicóptero, el mundo en mis manos para poder decir que nada es suficiente.

Te dije que no puedo, que no puedo salir, no puedo esperar un día más para enterarme de que todo está como debería. Maldichos supuestos de libros funestos. No puedo escucharte, leerte, respirarte, olerte, oler tu mundo y concluir que eres tu, que eres tu quien no puede hacer nada, que estar sentado escribiendo se ha vuelto una insipiente forma de matar el tiempo, la espera para vivir. Los planes para hacer planes. Y seguir pensando que mañana.

(Me despierto y estoy a 24 grados, es hora del almuerzo. Bajo, me baño, como, al computador, escribo, chateo, música, si, la música me sirve para distraerme. Juego, tele, teleserie, aun sigo siendo un hombre. Como, bien muy bien papa, nada nuevo. sigo en el PC, nada especial, hago planes para realidades que no sucederán, "lo siento" tengo que hacer, tengo que vivir en otro tiempo mañana, no puedo juntarme contigo, tengo que viajar, viajar a conce, al valle, a viña, al fondo de mi conciencia para volver y gritarte que me voy de aquí, que me voy a París, al Japón a vivir mi vida, a deshacer este sueño que se apoderó de mi realidad y la deforma y dibuja a su antojo).

Mañana no existe, es un ser ficticio del despertar.

Mañana se diluye ante el insomnio eterno.
Mañana en pijama sin despertar ni duchar.
Olores corruptos ante la fatídica domingada.
Mañana no es un día, no es una fecha, es justo después de que te levantas.

Por que mientras tú duermes, yo sigo caminando.

1 comentario:

  1. esun fatidico recuento, o cuento de lo que tienes que hacer y que planeas y te estresas... no sabes que hacer porque no has decidido hacer lo que quieres sino lo que tienes...
    me encanto como escribes... leere y leere, pero no ahora, ya estoy cansada.
    Saludos

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