Entender qué es una mariposa.
Este es un espacio libre dedicado a la poesía y otras bestias. No intenta nada más que satisfacer la necesidad de algún transeúnte por la lectura.
diciembre 27, 2011
diciembre 25, 2011
El día que dejé de recordar

Dejé de verte, de sentir tu presencia, de contemplar tu mirar y caminar. Olvidé las fechas, los nombres y los recuerdos. Dejé de preguntar por todo aquello que carecía de sentido y me fui directo al vino. Me quedé dormido y llamaste. Y no lo recuerdo.
Me dices que hablamos, pero no lo recuerdo. Me dices que te enojaste, pero no sé porqué sería, me dices que es mi culpa, pero lo siento. Ese día dejé de recordar.
Lloraste. Lloramos. Todo se fue al suelo, al otro sitio sin sueño. Gritaste desesperada, como quien destruye un hada. Sola y desamparada, me llamaste tres veces y yo respondí cuatro. ¿Qué tiene que ver la lógica en el canto?
Me mirabas y contemplaste mi frialdad, mi agónica desdicha, mi mundo caer en olfatos baratos. ¿Qué hacías entonces, si no construyendo recuerdos vacíos? Llegué de un salto al parto. Al atavío perdido, al ruiseñor sin razón.
¿Qué tiene que ver la lógica en el canto?
¿Qué tiene que ver la lógica en el canto?
¿La desdicha con el parto?
¿Las hadas despojadas?
¿La razón del ruiseñor?
Pues no, no sé. No quiero saber ni recordar el pretérito pasar.
Ese día lo borré
Ese día lo borré
lo olvidé
lo malogré
lo soslayé
lo evité
lo quemé como a mis demonios.
lo quemé como a mis demonios.
lo superé
Gracias por no estar.
diciembre 12, 2011
Un cambio antes de amanecer.
これは私があなたのために書く最後のものです。
Justo en este lugar
Fuera de mi ser
he sacado la bala.
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Cambienla por otra ¿Otra? Sí, y de las mismas